LA TIPOGRAFÍA
Un concepto moderno de tipografía la podemos definir como: «El arte de trasmitir el lenguaje a la palabra escrita mediante diversas técnicas de impresión».
La técnica de la tipografía, base de nuestra imprenta, encuentra sus orígenes estrechamente relacionados con los manuscritos y la caligrafía que se estiman eran empleados en épocas anteriores a los años 2500.
En sus principios, la tipografía se limitaba en ser lo mas fiel posible a la caligrafía tratando de tener un estilo estándar, como el uso de la minúscula Carolingia y la mayúscula cuadrada romana o mayúsculas monumentales, si bien los romanos empleaban un tipo de sello para grabar en cerámica y los chinos habían creado una unidad móvil a base de un complejo sistema que usaba diversos sellos de cerámicas.
En periodos de la edad media, la transcripción de los textos estaba focalizada a los monasterios, en los cuales un grupo demonjes expertos se le asignaba el copiado de libros a mano. A estos monjes se les conocían como «copistas», y al sitio donde realizaban el copiado de los libros se le llamaba «scriptororium».
Ya ha mediados de la alta edad media, se empezó a emplear un nuevo método conocido como la «xilografía», una técnica de impresión la cual consistía en el uso de una plancha de madera, y unos instrumentos conocidos como «gubia», para tallar las letras. Pero lo que llevó a la tipografía a tomar un impulso definitorio, fue el dispositivo móvil que se conoció como «Imprenta» creado por el orfebre Alemán Johannes Gutenberg, hacia el Año 1440. Mostrando la efectividad de aquel dispositivo, cuando Gutenberg, en un lapso de dos años, a pesar de pasar por múltiples problemas financieros, casi logra alcanzar la meta que se propuso de imprimir 150 ejemplares de la biblia. Antes de fallecer, su trabajo fue continuado por su sobrino Peter Schöffer.
Ya hacia el año de 1500, la imprenta había alcanzado su nivel de apogeo, llegando a haber un número aproximado de 1100 imprentas funcionando a lo largo del territorio germánico, y empiezan a aparecer las primeras las primeras familias tipográficas romanas clásicas.
Entre grandes tipógrafos, destaca el francés Nicolaus Jenson, que entre sus aportes cuentan la creación de una tipografía del alfabeto griego y en 1473 creó un tipo alemán o blackletter, el cual se usó en libros de medicina e historia. Jenson también es el responsable de la creación de dos compañías comercializadoras de libros.
Otro tipógrafo contemporáneo a la era post invención de la imprenta, fue el italiano Aldo Manuzio. Su aporte fue el conservar grandes obras de la literatura griega. Así mismo, el francés Claude Garamond, cuya obra tipográfica se considera clásica dentro del estilo antiguo y sirvió de inspiración para composiciones modernas.
Hacia el inicios del siglo XX, la tipografía dejó atras el siglo XIX donde gozó de avances tecnológicos, pero se vio estancada en cuanto al surgimiento de nuevos estilos en su diseño. El siglo XX, significó un periodo creativo brillante a las aportaciones creativas del estilo. Y en lo técnico, se empezó a usar un papel basado en la madera.
Con el sistema de rotativas y el proceso conocido como hueco grabado, en el año de 1885, es patentada la máquina de componer «Lynotipe«, y hacia el año de 1904, Ira Ruber crea la prensa litográfica conocida como «Offset» cuyo método de impresión marco una revolución.
En la actualidad desde la aparición de la maquinas de escribir, a los ordenadores, la tipografía alcanzó niveles de altísima calidad, donde desde nuestros hogares, oficinas de trabajo, podemos contar con múltiples programas que nos ofrecen una gran variedad de estilo de caracteres, estilos, letras, simbolos… otorgándonos un amplio universo de posibilidades para lograr la idea original desde los orígenes del hombre, los grabados en las cavernas, los jeroglíficos egipcios, las obras griegas y romanas: Perpetuar nuestros pensamiento e ideas al lenguaje escrito.
